En un rincón especial donde el tiempo parece detenerse, una máquina Heidelberg, con sus 120 años de historia, se convierte en el corazón palpitante de un taller dedicado a la creación de etiquetas de cartón impregnadas de autenticidad. En un mundo obsesionado con la eficiencia digital, la elección de utilizar esta reliquia mecánica va más allá de la simple funcionalidad; es un tributo a la artesanía intemporal.
Cada clic distintivo de la máquina Heidelberg es un eco del pasado, un recordatorio de una era en la que la creación manual y la atención meticulosa eran la norma. La decisión de emplear esta máquina para dar vida a las etiquetas de cartón de Zaik es una declaración de principios, una afirmación de que cada etiqueta es más que un mero rótulo; es un portador de historia y autenticidad.